De pequeña me sentía invisible. Me pagaban incluso por callar… ahora me pagan (¡y mucho!)  por hablar.  

Cuando tenía 10 años me sentía como un pulpo en un garaje. Sentía que era diferente y no conseguía encajar. Trataba de callar, de estar en lo que se consideraba “mi lugar”, de agradar… pero todo ello me superaba. Perdía mi identidad, me reprimía y sufría en silencio.

Cuando no escuchas tu mente, tu cuerpo grita. Sufrí trastornos de alimentación, ansiedad, depresión y relaciones de dependencia emocional. Estuve a punto de morir 2 veces. En una ocasión no me llegaba el oxígeno (crisis fuerte de asma) y en otra ocasión un shock anafiláctico. Sobreviví. Algo o alguien quiso que siguiera viva. Y aquí estoy. Estos dramas los encontrarás más detallados en mi libro, “Sin Identidad”. 

Mis dramas físicos y mentales no consiguieron matarme, sino hacerme más fuerte. Por eso decidí dedicar mi vida al estudio del cerebro, la comunicación y las relaciones humanas. ¡Quería entender qué narices pasa por nuestra cabeza! Y cómo conectamos y desconectamos con otros seres humanos. 

Después de trabajar en Recursos Humanos en empresas como Deloitte o Massimo Dutti, dejé todo para crear BeValue, donde ya llevo más de 10 años desarrollando el potencial de directivos y deportistas de élite. Conseguí hacer de mi pasión mi profesión, además de conseguir tener mucha más libertad financiera y de tiempo.